El
acné es uno de los motivos de consulta más frecuente en la consulta del
dermatólogo, dado que afecta aproximadamente al 80% de los adolescentes, y
además puede prolongarse en la edad adulta. Las formas moderadas y graves
pueden causar importantes problemas psicológicos.
Existe
una creencia generalizada de que el acné es una infección de la piel, pero en
realidad hoy sabemos que el acné se produce por la interacción de 4 factores:
1.
Aumento de la secreción sebácea, es decir, producción excesiva de grasa por la
piel.
2.
Alteración de la queratinización de folículo piloso: se forma un tapón de
queratina que obstruye el folículo: es lo que se conoce como "espinillas" y "puntos negros".
3.
Proliferación de bacterias.
4. Respuesta inflamatoria: la inflamación da lugar a la formación de elementos con
pus y nódulos.
NO
EXISTE UN TRATAMIENTO QUE ACTÚE SOBRE LOS CUATRO FACTORES.
El
tratamiento del acné tiene una doble vertiente:
1.
Régimen higiénico-dietético.
2.
Farmacológico.
Nos
vamos a centrar hoy en el régimen higiénico. Además de los tratamientos médicos
farmacológicos, indispensables para el control del acné, los cuidados
higiénicos son fundamentales para conseguir una mejoría más rápida y sobre
todo, duradera.
•
Es recomendable limpiar la piel suave pero completamente, por la mañana y por la
noche, con jabón y agua. De este modo se elimina la suciedad, restos de
maquillaje y el exceso de grasa y células muertas acumuladas, dejando la piel
preparada para el tratamiento específico que aplicaremos a continuación.
•
En el caso de utilizar maquillajes, habrá que utilizarlos de los denominados
“oil-free”, es decir, libres de grasas en su composición.
•
Las personas con acné deben evitar los cosméticos y las sustancias grasas pues
pueden taponar el folículo. Pueden actuar como comedogénicos y empeorar el cuadro.
•
Lavarse las manos antes y después del cuidado de las lesiones para reducir el
riesgo de infección.
•
No manipular las lesiones. Estas acciones pueden aumentar el daño de la piel.
•
El afeitado, en los hombres, debe ser preferentemente con cuchilla, se debe
realizar con suavidad y únicamente cuando sea necesario.
•
Es importante tener en cuenta que aunque las exposiciones solares moderadas
suelen mejorar las lesiones del acné, una exposición prolongada puede producir
el efecto contrario (se engruesa la capa córnea y se ocluyen los folículos)
provocando un agravamiento.
•
La práctica clínica muestra que existe una gran influencia negativa del estrés
en el acné, y ello se debe a que el acné provoca el aumento de secreción de las
hormonas suprarrenales, que a su vez, aumentan la secreción de grasa de la
piel.
• En cuanto a la alimentación, y a pesar de
ciertos mitos, no se ha demostrado una relación clara entre alimentos y el
acné. Ninguna dieta mejorará los síntomas del acné, pero es recomendable seguir
una dieta equilibrada durante el tratamiento. No obstante, algunos pacientes
notan un empeoramiento evidente de las lesiones siempre que toman ciertos
alimentos. En este caso, sí será conveniente evitarlos en lo posible.
CONCLUSIÓN
En
resumen, el acné se debe a varios factores. El tratamiento no debe ceñirse
solamente a la medicación, siempre prescrita por el especialista dermatólogo,
sino que para conseguir los mejores resultados debe acompañarse de dieta sana,higiene
adecuada de la piel y usar cosméticos que no la perjudiquen.
Dr. Francisco José Martín Gutiérrez.
Dermatólogo.
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